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LA FILOSOFÍA COMO ACTO DE CORRUPCIÓN

6. El método Socrático

 

 

 

 

El método Socrático.

En el método socrático especial importancia le cabe a la refutación. Refutar es según la R.A.E: Contradecir
 o impugnar con argumentos o razones lo que otros dicen.
La refutación tiene sentido para poner de manifiesto que muchas veces se puede creer saber lo que en realidad no se sabe. La
refutación pretende hacer de los interrogados, conscientes de su ignorancia (esto genera vergüenza) y así poder encaminarlos a una purificación espiritual de sus errores conceptuales y faltas éticas. Con la refutación se generan las condiciones para la posterior elevación espiritual. Por este motivo, Sócrates considera el hecho de que sea refutado como un beneficio, lo ayuda a encaminarse a la purificación. Platón compara la refutación con la actividad del médico. El médico no cree que la persona pueda aprovechar el alimento sino se expulsa el obstáculo que lleva dentro. Así sucede con el que se somete al método socrático. Se le quitan las opiniones que le impedían aprender a través de la refutación, haciendo que el refutado se avergüence. Ahora sí, la persona podrá aprovechar la enseñanza, estando convencido de saber sólo lo que en verdad sabe y nada más.

Ahora bien, Sócrates no permite que el refutado permanezca en la actitud pasiva del enfermo, sino que a través del dialogo lo obliga a cooperar activamente en la refutación, convirtiendo al educador en alguien que más bien dirige la purificación, y no tanto la efectúa. Y así consideraba Sócrates, que sus discípulos nada aprendían de él; ellos mismos eran quienes por sí hallaban muchas y bellas cosas, las cuales ya poseían en germen. Sócrates llegó a comparar su actividad con la de su madre, partera. Su madre ayudaba a dar a luz a un recién nacido, Sócrates ayuda a dar a luz a la sabiduría de los jóvenes, que nace desde ellos mismos. Luego de la refutación, se presenta la segunda parte del método socrático, la Mayéutica o el arte de alumbramiento. El espíritu ahora purificado y liberado del error podrá emprender una investigación verdadera.

Aspecto a destacar es que Sócrates no ofrece doctrina alguna (no predica una doctrina), sino que estimula la investigación, porque su misión indica que debe ser el interrogado quien extraiga sus contestaciones y descubrimientos del interior de su propio espíritu. La verdad debe ser un descubrimiento autónomo. (“Conócete a ti mismo”)