EL CUERVO
7. Parte 8
“¡Profeta! exclamé-, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas
pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras
cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma
abrumada de penas si en el remoto Edén
tendrá en sus brazos a
una santa doncella
llamada por los ángeles Leonora,
tendrá
en sus brazos a una rara y radiante virgen
llamada por los
ángeles Leonora!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”
“¡Sea esa palabra nuestra señal
de partida
pájaro o espíritu maligno! -le grité
presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche
Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la
mentira
que profirió tu espíritu!
Deja mi soledad
intacta.
Abandona el busto del dintel de mi puerta.
Aparta
tu pico de mi corazón
y tu figura del dintel de mi puerta.
Y
el Cuervo dijo: Nunca más.”