APRENDIZAJE BASADO EN PROBLEMAS
Sitio: | Aulas | Uruguay Educa |
Curso: | ESPACIO DOCENTE |
Libro: | APRENDIZAJE BASADO EN PROBLEMAS |
Imprimido por: | Invitado |
Día: | miércoles, 4 de diciembre de 2024, 23:17 |
1. Estrategias
Algunas estrategias para pensar las metodologías activas en el aula: Aprendizaje basado en problemas Utilizar un proyecto de aprendizaje basado en problemas, permite promover una enseñanza significativa, donde el estudiantado en la relación educativa adquiere un rol preponderante. El objetivo fundamental es: proponer y promover una enseñanza que se nutra y se interrelacione con problemas del mundo real o de la cotidianidad del alumnado. Mediante el ABP (Aprendizaje Basado en Problemas) el pensamiento crítico, la comunicación y las habilidades interpersonales se hacen presentes, permitiendo abordar dichas competencias dentro y fuera del aula. Permite que los hechos sociales, históricos, culturales y políticos con los cuales socializa e interactúa el estudiante, se problematicen en el quehacer áulico, vinculando los hechos con los contenidos de una unidad curricular determinada. El ABP es una metodología activa de enseñanza, que genera espacios educativos donde se involucra al estudiantado de manera activa en el proceso de enseñanza-aprendizaje desde un enfoque en competencias, a través de un problema o una situación compleja de la realidad social.
2. ¿Cómo ofrecer y diseñar un proyecto basado en problemas?
La propuesta educativa pensada desde una situación problema mediante un proyecto a corto o largo plazo, permite integrar los contenidos de la unidad curricular a la vida cotidiana del estudiantado. Habilita a la construcción colectiva del trayecto o proceso de dicha metodología activa, donde las competencias, los objetivos, los indicadores de logro, las metas de aprendizaje y la evaluación, son compartidas entre todos los participantes del proyecto. Permite abordar e identificar los contenidos curriculares desde la interdisciplinaridad o co-enseñanza con otras disciplinas. Dicha metodología, genera situaciones de aprendizaje donde el alumnado discute, debate y se interroga sobre determinados fenómenos sociales, jurídicos, políticos y económicos de la comunidad en particular y de la sociedad en general. Entre algunas de su características se pueden citar: Los contenidos de la unidad curricular tienen coherencia con la propuesta de problemas a resolver. Los aprendizajes se hacen observables en la realidad o contexto social de los estudiantes. Los estudiantes investigan y aprenden a formular preguntas de carácter científico dentro de las ciencias sociales. El alumnado elabora, organiza la información, plantea hipótesis y busca dar respuesta a situaciones complejas de la sociedad en la que vive. El docente jerarquiza los contenidos y las competencias a trabajar. Las concepciones previas del estudiantado sobre un determinado hecho social, están consideradas al momento de iniciar la construcción del proyecto. El alumnado se implica de manera activa en los aprendizajes, descubre a través de la experiencia, reflexiona y analiza desde el pensamiento crítico. Permite dar respuesta a un determinado problema, pero deja abierto el camino para que otros investiguen sobre la temática. El estudiantado descubre o relaciona otros contenidos que previamente no estaban explicitados. Permite contextualizar los aprendizajes y generar situaciones didácticas donde el estudiante es un sujeto activo y protagonista durante el desarrollo del proyecto. El estudiantado vincula sus conocimientos previos con nuevos saberes, potenciando o desarrollando habilidades básicas y competencias para su vida cotidiana. En palabras de Ferrari et al., para que existan condiciones de aprendizaje significativo, “(...) el estudiante que procesa en forma más profunda el material, es capaz de transferir saberes a otros contextos, alcanza conocimientos metacognitivos, elabora mapas conceptuales más complejos, resuelve problemas.” (2007, p. 299)
3. Posibles pistas para pensar el desarrollo del ABP
Al momento de presentar la metodología a trabajar, los objetivos y las competencias que se pretenden alcanzar, es pertinente interrelacionar los contenidos de la unidad curricular con las posibilidades de resolver situaciones complejas o problemas del entorno más cercano del estudiantado o de la sociedad en general. Cuando se contextualizan los contenidos con hechos de la realidad social que preocupan al estudiantado, se comienza a narrar el problema de investigación y con ello, se delinean las siguientes etapas: Identificar el problema en un contexto determinado. Investigar sobre dicho contexto, por ejemplo, población, ubicación geográfica, características territoriales, económicas, sociales, culturales. Realizar preguntas amplias y relacionadas a conocimientos previos del estudiante sobre la temática a investigar. Identificar lo que se conoce y desconoce sobre la situación problema. Hacer una lista de cotejo sobre lo que se requiere al momento de investigar, por ejemplo: tiempo, recursos humanos, recursos económicos, estrategías a implementar. Conformar equipos de trabajo y definir roles. En cuanto al trabajo colaborativo, Cano refiere que, “el trabajo en equipo conjuga lo mejor de cada uno de nosotros y llega a soluciones óptimas. (...) los resultados del trabajo en equipo, suelen ser más ricos y más elaborados que los que son fruto del trabajo individual.” (2005, pp. 92-93) Buscar y seleccionar información. Relacionar el problema con algunos de los ejes centrales de la unidad curricular. Interrelacionar conceptos centrales o claves de la asignatura con el problema a abordar, por ejemplo, los DDHH y el acceso a la alimentación en un determinado territorio barrial. Buscar posibles soluciones. Dar cuenta de las soluciones. Presentar un informe final. Generar un insumo o un antecedente en el centro educativo, para que posteriormente se aplique en otros contextos o se continúe investigando sobre el tema.
4. El lugar de la docencia en el ABP
El docente que propone una metodología basada en el aprendizaje centrado en problemas, se convierte en un mediador que guía el proceso del proyecto, motivando a los estudiantes para que se comprometan con la propuesta. Para ello, el problema a resolver debe ser significativo y estar bien delineado. Al momento de la transferencia de conocimientos, la interrelación entre los saberes disciplinares y la cotidianidad del alumnado deben hacerse explícitos para dar sentido pedagógico al ABP. Generar espacios de debate y argumentación por parte de la docencia, permite que el alumnado establezca nuevos conocimientos y relaciones entre conceptos, habilitando a que desarrollen y potencien nuevas estructuras mentales. La docencia que trabaja a través del ABP, toma en cuenta las concepciones o conocimientos previos del estudiante sobre el mundo que los rodea, sus percepciones sobre determinados hechos sociales, aquello que le preocupa o lo interpela. Habilita a que en la búsqueda de información, el estudiante seleccione, analice, confronte mediante una literatura pertinente a la temática, donde podrá reelaborar la misma y transformar los aprendizajes. Al socializar los conocimientos entre los integrantes del equipo de trabajo, cada estudiante pondrá en juego su proceso personal de enseñanza-aprendizaje y las nuevas destrezas o competencias adquiridas. Como refieren Ferrari et al., para que el aprendizaje sea significativo, es necesaria la pulsión o el interés de los estudiantes ante el conocimiento y para ello la motivación por parte del docente es fundamental. Entienden que “la motivación es un fenómeno complejo que está condicionado por innumerables factores. La motivación (...) puede facilitar el aprendizaje, la relación causal entre motivación y aprendizaje es recíproca. Los motivos para aprender deben ser suficientes para superar la inercia de no aprender.” (Ferrari et al., 2007, p.311)
5. Algunos ejemplos para abordar el ABP desde la unidad curricular
Algunos ejemplos para abordar el ABP desde la unidad curricular: Formación para la ciudadanía y/o el Taller de Participación Juvenil Ante una disciplina que dialoga de forma permanente con la realidad social y jurídica del estudiantado, algunos ejemplos de situaciones problemas de la vida diaria del alumnado que se pueden abordar desde el ABP, pueden ser: En cuanto a la ciudadanía local, global y digital, resolver un problema relacionado con las redes sociales y violencia digital. Lo novedoso para las actuales adolescencias son los nuevos escenarios o contextos donde se relacionan con otros pares mediante el cuerpo, la imagen y la palabra. A través del uso de las nuevas tecnologías los estudiantes interactúan y socializan desde diferentes entornos virtuales, mediados por el estímulo de lo visual, lo inmediato o instantáneo. Poner en tensión, problematizar, reflexionar, mediante un proyecto basado en la resolución de un problema, permite que el estudiantado sea un sujeto activo ante el aprendizaje. Donde los mismos buscarán posibles soluciones ante los conflictos y los riesgos a los que están expuestos en las distintas plataformas del ciberespacio, por ejemplo. Resolver un problema relacionado a los jóvenes y el mundo laboral. Pensar posibles soluciones para ampliar o mejorar las posibilidades de inserción laboral de jóvenes y adolescentes ( a partir de la edad permitida por Ley). Aquí se podría investigar las posibilidades laborales que presenta el territorio barrial donde se encuentra el centro de enseñanza. Indagar e interrelacionar el marco jurídico nacional e internacional sobre los jóvenes y el mundo del trabajo. Visitar y realizar entrevistas en empresas locales y otras de mayor lejanía, para poder pensar posibles posibilidades laborales, de pasantías o becas estudiantiles, por ejemplo. Resolver un problema relacionado a la participación estudiantil y los DDHH. Aquí se podrían analizar los espacios de participación dentro del centro educativo o en la comunidad barrial donde se encuentra la institución de enseñanza. Preguntarse sobre los espacios de participación, si se tienen en cuenta sus opiniones, sus propuestas, cuáles son los lugares o espacios de participación juvenil que ofrece el Municipio barrial, por ejemplo. En el entendido que la cotidianidad en el centro de enseñanza, transcurre bajo los tiempos institucionales, tiempo de clase, de recreo, de turno, al decir de los Griegos, tiempos Chornos, el cual es lineal y cuantitativo. Desde dicha concepción, el tiempo pedagógico se torna limitante en cuanto a propuestas o actividades por fuera de esos tiempos. Quizás, los adolescentes puedan proponer posibles soluciones para realizar actividades de su interés, que le den otro sentido educativo al tiempo escolar.