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LA REVOLUCIÓN EN EL RÍO DE LA PLATA Y LA BANDA ORIENTAL (II)

Sitio: Aulas | Uruguay Educa
Curso: LSU HISTORIA 5
Libro: LA REVOLUCIÓN EN EL RÍO DE LA PLATA Y LA BANDA ORIENTAL (II)
Imprimido por: Invitado
Día: viernes, 3 de mayo de 2024, 22:31

1. Parte 1

En Buenos Aires se instaló la Junta de Mayo el 25 de mayo de 1810, iniciándose así el proceso revolucionario en el Río de la Plata. El 28 de febrero de 1811 estalló el espíritu rebelde que se gestaba en la campaña oriental: un grupo de gauchos dirigidos por Pedro Viera y Venancio Benavídez dio el "Grito de Asencio", capturó Mercedes y desencadenó el alzamiento de los caudillos más importantes del país (Otorgues, Fructuoso Rivera, Juan Antonio Lavalleja), quienes recibieron el apoyo de los estancieros orientales cansados del autoritarismo y el fiscalismo del Montevideo españolista. 

Casi simultáneamente, el capitán de Blandengues José Artigas desertó de su cargo en el ejército español y se presentó ante la Junta bonaerense para "llevar el estandarte de la libertad hasta los muros de Montevideo"; el enorme prestigio de que gozaba en la campaña oriental lo hacía la incorporación más deseada por la Junta en su intento de profundizar la sublevación del interior. Pasado a la Banda Oriental en abril de 1811, toda la campaña se le unió proporcionando los hombres para formar un ejército popular, mal armado pero con una temible caballería que pronto dominó el sur de la Banda y logró la primera victoria militar de la revolución en el Río de la Plata: la batalla de Las Piedras, el 18 de mayo de 1811. Despejado así el camino hacia Montevideo, el gobierno de Buenos Aires envió a José Rondeau con un ejército para sitiarlo, al que se unieron -en carácter de subordinadas- las fuerzas de Artigas. Con toda la campaña en manos de los patriotas, la dominación española quedó reducida al Montevideo sitiado, defendido por Elío y la escuadra española.

Ante la situación desesperada que enfrentaba, Elío pidió la intervención de Portugal, que envió un ejército de socorro. Ahora la que temió la invasión portuguesa fue Buenos Aires y, para detenerla, planeó hacer un armisticio con Elío, que no contó con el acuerdo de los orientales. Firmado el 20 de octubre de 1811, reconocía la autoridad de Fernando VII y establecía que se retirarían las tropas bonaerenses y portuguesas de la Banda Oriental en tanto que Elío veía restablecida su autoridad sobre ella.

Rechazado por Artigas y su ejército, que no querían volver a someterse a la autoridad virreinal, iniciaron una retirada del territorio de la Banda que fue acompañada por la mayoría del pueblo oriental en uno de sus más célebres episodios: el Éxodo. Hombres, mujeres y niños abandonaron sus posesiones retirándose del país junto a su recién designado "Jefe de los Orientales", Artigas. 


2. Parte 2

A partir de este momento se acentuarían las profundas diferencias entre los bonaerenses y los orientales, que alcanzaron nivel doctrinario y político en 1813, cuando Buenos Aires convocó a los diputados de las distintas provincias para integrar una Asamblea General Constituyente. Los orientales se reunieron en el llamado Congreso de Abril (5 de abril de 1813) e impartieron a sus diputados allí elegidos las instrucciones que debían llevar a Buenos Aires; las propuestas fundamentales eran: independencia, república, y federación. La primera significaba la ruptura total con España y cualquier potencia europea; la segunda, el establecimiento de un sistema de gobierno basado en la división de poderes y en la participación de los ciudadanos; la tercera, el reconocimiento de la "soberanía de los pueblos" a través del establecimiento de un gobierno autónomo para cada provincia y otro central compuesto por delegados de todas ellas. 

Estas llamadas "Instrucciones del Año XIII" revelaban un pensamiento decididamente antagónico al dominante en el núcleo dirigente de Buenos Aires, cuyas tendencias monárquicas y centralistas desmentían punto por punto las aspiraciones orientales, que eran también las de otras provincias del ex-virreinato. Esta colisión de ideologías e intereses provocó el rechazo de los diputados artiguistas por la Asamblea Constituyente, y la retirada de Artigas con su ejército del sitio de Montevideo (20 de enero de 1814), dejando debilitadas a las fuerzas bonaerenses de Rondeau que lo habían restablecido pocos meses antes y lo proseguían. Deseosa de acabar con el poderío español concentrado en Montevideo, formó Buenos Aires una escuadra que derrotó a la española en el Buceo el 17 de mayo de 1814; este hecho obligó al gobernador español a capitular y hacer entrega de la ciudad al nuevo comandante bonaerense Carlos María de Alvear (junio de 1814). 

Buscando la entrega de la ciudad a las fuerzas orientales, Fructuoso Rivera, lugarteniente de Artigas, derrotó en la batalla de Guayabo (enero de 1815) a los bonaerenses. Así, las fuerzas orientales pudieron entrar a Montevideo a fines de febrero. Entonces se consolidó el primer gobierno autónomo en todo el territorio de la Provincia Oriental, dirigido por Artigas y un Cabildo Gobernador elegido popularmente, que desarrollaron una activa labor económica, administrativa y cultural. 

Una de las medidas de gobierno más destacadas fue el "Reglamento provisorio de la Provincia Oriental para el fomento de la campaña y seguridad de sus hacendados" (10 de setiembre de 1815), que estableció normas para la recuperación económica de la provincia -devastada por la guerra- y para la inserción del habitante de la campaña, el gaucho, en el sistema ganadero antes monopolio de los latifundistas. Dispuso la quita de las tierras a los enemigos de la revolución: emigrados, "malos europeos y peores americanos", para distribuirlas entre los no propietarios con la prevención de que "los más infelices serán los más privilegiados". "En consecuencia, los negros libres, los zambos de igual clase, los indios y los criollos pobres, todos podrán ser agraciados con suertes de estancia si con su trabajo y hombría de bien propenden a su felicidad y a la de la Provincia". "Serán igualmente agraciadas las viudas pobres si tuvieran hijos y serán igualmente preferidos los casados a los americanos solteros y éstos a cualquier extranjero". Los beneficiarios recibieron tierra (7.500 ha), ganados y una marca que señalaba su propiedad sobre ellos. Como el Reglamento implicaba un cuestionamiento del derecho de propiedad, provocó temor y resistencia en las clases ricas orientales, las que se fueron separando del Caudillo por su radicalismo. 


3. Parte 3

La casi inmediata invasión portuguesa en agosto de 1816 dificultó la aplicación del Reglamento, pero éste reveló tendencias al igualitarismo social bastante insólitas en el marco generalmente conservador del movimiento independentista hispanoamericano.

Simultáneamente con su gobierno de la Provincia Oriental, Artigas difundió sus ideas federales entre las provincias del Litoral e Interior argentino, algunas de las cuales lo reconocieron como su representante frente al absorbente centralismo bonaerense proclamándolo "Protector de los Pueblos Libres" y encargándolo de la dirección de la política de todas ellas en relación con la ciudad capital. 
Así se formó la Liga Federal, integrada por Corrientes, Entre Ríos, Misiones, Santa Fe, Córdoba y la Provincia Oriental. El constarle crecimiento de su influencia y prestigio atemorizó tanto a Buenos Aires (por su federalismo) como a los portugueses (por su republicanismo), y en agosto de 1816 estos últimos invadieron la Provincia Oriental (con la complicidad o consentimiento tácito de Buenos Aires), con la intención de destruir al caudillo y su revolución. Vencidos Artigas y sus lugartenientes por la superioridad numérica y material de los portugueses comandados por Carlos Federico Lecor, Montevideo fue ocupada el 20 de enero de 1817, pero la lucha continuó por tres largos años en el medio rural. 

Indignado ante la pasividad de Buenos Aires, Artigas le declaró la guerra al tiempo que enfrentó a los portugueses con ejércitos que se vieron diezmados por sucesivas derrotas. No obstante, sus subordinados como integrantes de la Liga Federal, Francisco Ramírez, gobernador de Entre Ríos, y Estanislao López, gobernador de Santa Fe, consiguieron llevar una campaña victoriosa contra los centralistas bonaerenses que pareció implicar el triunfo del federalismo. Pero la esperanza duró poco porque ambos caudillos entraron en acuerdos con Buenos Aires que desnaturalizaban la prédica artiguista, se rebelaron contra él y lo dejaron solo para ser aplastado por los lusitanos. 

Ya sin recursos y sin hombres aptos para la lucha, que fue casi de exterminio, Artigas se retiró al Paraguay en setiembre de 1820 y desapareció de la vida política de la región.


4. Créditos

Prof. Mirey Ben- Zeev

ILSU Cecilia Pérez