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PROBLEMAS Y PROBLEMAS FILOSÓFICOS

Sitio: Aulas | Uruguay Educa
Curso: LSU FILOSOFÍA 4
Libro: PROBLEMAS Y PROBLEMAS FILOSÓFICOS
Imprimido por: Invitado
Día: viernes, 26 de abril de 2024, 04:22

1. Parte 1



La filosofía ha surgido gracias a la curiosidad humana, como un principio de conocimiento para describir, analizar y explicar los fenómenos y enigmas que se presentan en la naturaleza, en el individuo y en la sociedad.

Trata de buscar y exponer la respuesta a preguntas inquietantes acerca de la vida, el ser, la existencia autentica, el Absoluto, la trascendencia del espíritu, el bien, el mal, es hacer filosofía.

La tendencia a investigar, a conocer el sentido último de las cosas, ha existido en el hombre a lo largo de toda la historia. En el mundo occidental, dicha tendencia ha descollado a partir del siglo VI a. C. en Grecia. La historia de la filosofía ha dejado esa tendencia investigadora del hombre, es la serie de aspectos y soluciones que han descubierto los filósofos en sus investigaciones acerca de la realidad.


2. Parte 2

¿Qué es un problema? La palabra problema proviene del griego y significa “lanzar o arrojar hacia delante”. En este sentido un problema es algo que está frente a mí, algo con lo que me encuentro y me enfrenta. En otras palabras un problema es un obstáculo, no es suficiente que esté frente a mí. Es indispensable que yo sienta la necesidad de resolverlo para poder continuar con mi camino.

A lo largo de la historia aparecen problemas nuevos y otros dejan de serlo. Por ello, los problemas filosóficos sólo pueden ser acabadamente comprendidos si se los ubica en el contexto histórico en que surgieron. El contexto histórico no necesariamente constituye el problema, pero lo condiciona.


3. Parte 3

Cerletti, A. “La enseñanza de la filosofía como problema filosófico.

Podríamos ahora plantearnos: ¿qué hace en definitiva, que una pregunta o cuestionamiento sea filosófico?, ¿qué lo distingue de otro tipo de interrogantes? Diremos, en principio que la definición del carácter filosófico de una pregunta depende del tipo de respuesta que espera el que la formula. Es decir (…) la intencionalidad de quien pregunta más que la pregunta en sí. Esto quiere decir que las mismas palabras que componen una pregunta podrían sostener esa inquietud filosófica, como no. Es posible preguntar: ¿Qué es la vida?, ¿Qué es la muerte?, o ¿Qué es la justicia? Sin intención filosófica. ¿Qué es la vida?, o ¿qué es la muerte? pueden ser respondidas técnicamente desde la medicina o la biología, ¿qué es la justicia? Desde el derecho, etc. Y de esta manera, satisfacer la inquietud del que pregunta.

La intencionalidad filosófica del preguntar se enraíza en la aspiración de saber, pero su rasgo distintivo es que aspira a un saber sin supuestos. Por esto, el preguntar filosófico no se conforma con las primeras respuestas que suelen ofrecerse, que por lo general interrumpen el preguntar (….)

El cuestionar filosófico es permanente (…) El científico, por ejemplo, quedará satisfecho cuando la pregunta que se formula es respondida científicamente (…) si la pregunta no se ordena de acuerdo con la legalidad de la disciplina científica, es considerada carente de sentido.

El interrogar filosófico no se satisface entonces con el primer intento de respuesta, sino que se constituye en el re-preguntar (…). En el sentido estricto, el preguntar filosófico no se detiene nunca porque el amor o el deseo de saber, nunca se colma”.


4. Parte 4

¿Cómo reconocemos un problema filosófico?

  • El problema filosófico adquiere la forma de una pregunta Y todos los aspectos que presenta la vida pueden ofrecer motivos para el nacimiento de una pregunta: el dolor, la muerte, la sorpresa, la curiosidad, la experiencia de lo bello, el sentimiento de culpa, la duda sobre la verdad de nuestro conocimiento, los descubrimientos científicos, las revoluciones políticas, etc.

Pero no toda pregunta es vivida como problema por los humanos, no alcanza con tener conciencia de que ignoramos algo. Solemos percibir con claridad que desconocemos muchas cosas, pero podemos habituarnos a vivir con esa ignorancia sin intranquilizarnos por ello. Para que tengamos un problema filosófico, debemos enfrentarnos a una pregunta que imperiosamente necesitamos contestar.


5. Parte 5

  • Cada problema filosófico da lugar a muchas respuestas válidas. Si preguntamos a un matemático qué conjunto de verdades concretas ha establecido su ciencia; su respuesta durará tanto tiempo como estemos dispuestos a escuchar. Pero si hacemos la misma pregunta a un filósofo, y éste es sincero, tendrá que confesar que no existen verdades concretas en su disciplina.

  • Lo anterior ocurre puesto que todo problema filosófico es insoluble para el intelecto humano de modo definitivo: ¿Cuál es el origen de todo lo que existe?, ¿Hay o no un Dios? Parecería que, por más que sea posible hallarles nuevas respuestas a estas preguntas, ninguna de ellas será demostrada como “la verdadera”. Sin embargo, por más débil que sea la esperanza de hallar una respuesta definitiva a tales interrogantes, son tan importantes que la filosofía continúa examinando todo lo que nos aproxima a aclararlas. 



6. Parte 6

El intento de aclarar problemas filosóficos nos permite liberarnos de los prejuicios de la época y el lugar en los que vivimos. Para todos el mundo tiende a hacerse preciso y finito, definido, obvio. Pero cuando empezamos a filosofar hallamos que aún las situaciones más comunes conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas muy incompletas. Por ejemplo, ¿Son los pobres responsables de su pobreza?, ¿Son necesarias las autoridades?, ¿Qué función cumple la educación?, al plantearnos interrogantes así, la filosofía amplía nuestros pensamientos, liberándonos de las ideas que aceptamos injustamente por costumbre.




7. Parte 7

El esfuerzo por resolver problemas filosóficos nos libera de los intereses reducidos que derivan de nuestra vida privada. Por lo general, nuestros pensamientos se refieren exclusivamente a las personas que conocemos: familia, pareja, amigos, etc, Esta clase de pensamiento son muy limitados. Nuestro entorno es muy pequeño en relación al mundo, pero al empezar a reflexionar sobre los “grandes temas” comenzamos a ampliar nuestros horizontes de pensamiento. Pensamos las situaciones en términos más globales.



8. Créditos

Prof. Luciana Gómez

ILSU Cecilia Prieto