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Del ácido desoxirribonucleico (ADN) a las proteínas

2. La transcripción de la información (del ADN al ARN)

El funcionamiento de una célula depende en gran medida de las proteínas. Estas cumplen un papel fundamental para los seres vivos, ya sea como componentes estructurales, o bien como sustancias de reserva. También pertenecen al grupo de las proteínas las enzimas, moléculas de acción catalítica, y los anticuerpos, moléculas que participan en la defensa del organismo. 

Como ya hemos visto las proteínas están formadas por 20 aminoácidos diferentes, la unión de varios aminoácidos forma una cadena peptídica que se caracteriza no solo por el número y el tipo de aminoácidos que la componen, sino que también por la secuencia en que se encuentran. De dicha estructura dependerá la configuración espacial de la molécula y su función. 

¿Cómo puede un segmento de ADN determinar la secuencia de una proteína? El código es simple, a cada triplete de bases corresponde a un aminoácido (en algunos casos hay varios tripletes que se corresponden a un mismo aminoácido como se analizará en el siguiente capítulo). Cambios en la secuencia de bases del ADN pueden tener como consecuencia la sustitución de un aminoácido por otro. 

Cuando un gen se activa, la información no pasa directamente del ADN a los aminoácidos, siendo necesaria la intervención de un intermediario, que es el ARN mensajero (ARNm). Obsérvese que, además de la diferencia citada en relación al glúcidos, el ARNm es una molécula de única cadena y de menor longitud que el ADN. 

El ARNm es sintetizado como una cadena complementaria de una de las hebras (hebra molde), de modo que en la secuencia la única diferencia con la hebra codificante es la sustitución de timina por uracilo. Una vez transcrita la información, el ARNm la lleva al citoplasma para el encuentro con la maquinaria celular responsable del montaje del péptido.

En resumen:

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