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LIBRO MODERNIDAD - POSMODERNIDAD

3. Crisis de la modernidad

“Derretir esos sólidos” (Bauman, Z. 2009:9), significa que las instituciones han perdido su sentido homogeneizante, valores universales, reglas generales, donde los lazos sociales se han desvanecido. 

El sujeto o el ocupante de la lógica afectada percibe que aquellos recursos con los que contaba ya no están y por lo tanto inicia su pensamiento desde “las viejas representaciones y las nuevas prácticas”. (Lewkowicz, I. 2003:46) Los ocupantes de las instituciones acogen la nostalgia como discurso y otras se resisten al cambio. Homogenizar y proclamar valores universales ante sujetos portadores de singularidad, sujetos de su propio recorrido social, parece que ha perdido sentido. 

En definitiva, su finalidad es forjar conciencia racional del ciudadano, portando encargos y mandatos sociales, políticos y culturales. Las mismas se vuelven mediáticas, porque el Estado Nación también padece el mismo síntoma, frágil, sin normas claras, donde las marcas disciplinarias ya no producen los sujetos que la institución espera. 

Hay agotamiento de las instituciones porque también el Estado Nación se sospecha agotado. Donde el problema no parece ser lo instituyente sino como se va más allá de lo instituido. La sociedad de vigilancia denota la misma crisis: agotamiento, declive, caída como ordenador simbólico, lo cual no debe significar caos, sino abrir la posibilidad de repensar otro universo simbólico. 

La caída de los valores universales debe permitir re significar los valores dentro de una regla válida para una/s situación/es especificas. Por lo tanto deberíamos repensarnos desde una lógica que permita establecer reglas específicas para hacer el adentro y el afuera de las instituciones.