PRINCIPIO DE INERCIA o 1era LEY DE NEWTON

1. Galileo y los planos inclinados

Aristóteles (384-322 a.C.), sostenía que para lograr que un cuerpo se moviera con velocidad constante, era necesario ejercer continuamente una fuerza sobre él. De esta forma, en ausencia de fuerzas los cuerpos debían alcanzar el reposo. En el Siglo XVII, Galileo enunció el Principio de Inercia, según el cual si no se ejerce ninguna fuerza sobre un cuerpo éste permanecerá en reposo o se moverá con velocidad constante. El mismo contradecía las concepciones aristotélicas del movimiento, que estaban firmemente arraigadas desde hacía más de dos mil años.

Galileo experimentó con planos inclinados, haciendo rodar bolas por superficies planas inclinadas distintos ángulos con la horizontal. La conclusión a la que llegó es que como las bolas bajaban cada vez más rápido y subían perdiendo rapidez, al rodar en un plano horizontal lo harían con rapidez constante.

Galileo construyó dos planos inclinados y los colocó en ángulos opuestos. Desde lo alto del primero de los planos soltó una bola que bajó rodando. Al llegar al segundo plano la bola subió por él hasta cierta altura. Galileo observó que la bola trataba de alcanzar la altura inicial.

Galileo repitió la experiencia reduciendo el ángulo del segundo plano y encontró que la bola subía siempre hasta la misma altura, aunque recorría una distancia mayor. Se preguntó ¿qué pasaría si el segundo plano fuera horizontal? Y llegó a la conclusión de que la bola seguiría rodando sobre la superficie para siempre.

Si se quiere mantener un cuerpo en movimiento, se debe seguir empujando debido al rozamiento y no a la naturaleza del proceso. Galileo afirmó que los cuerpos tienden a permanecer en su estado de movimiento y que, por consiguiente, oponen una resistencia a un cambio en su estado de movimiento.

Si la fuerza neta que actúa sobre un cuerpo es nula, permanecerá en el estado de movimiento que tenga: en reposo, con velocidad nula, o manteniendo constante la velocidad que lleve.

Solamente se debe tener en cuenta que uno de los efectos de las fuerzas es producir cambios de velocidad, por lo que si no actúan fuerzas netas no se producen esos cambios.

Se suele hablar de la inercia como la tendencia que tienen los cuerpos a mantener su estado de movimiento: permanecer en reposo si están quietos, o seguir moviéndose con la velocidad que tienen.



Créditos de la lectura:

Bello, C.; Isasi, A.; Puerto, A.; Tomás, G. y Vicente, R. (s.f.), La experiencia de Galileo y la inercia. Gobierno de Aragón. Departamento de Educación, Cultura y Deporte. Licencia libre con fines educativos. Recuperado de  http://iesdmjac.educa.aragon.es/departamentos/fq/temasweb/fqdmiral/FQ1BAC/FQ1BAC%20Tema%205%20Dinamica/2_leyes_de_la_dinmica.html