6. El público

 

 

Cuando nos referimos a los asistentes a un cine o a un teatro, o cuando hablamos de televidentes o escuchas de radio, usamos la palabra público. Esto se debe a que, a diferencia de las multitudes, los públicos no necesariamente se encuentran localizados en un mismo espacio físico, sino que, en nuestras grandes sociedades modernas, lo más usual es que se mantengan dispersos. Mientras no presenten ningún tipo de organización ni tengan una estructura de roles, no constituyen grupos sociales.

Lo característico del público es una orientación hacia algún tema o problema, que constituye su interés y alrededor del cual se forma una determinada opinión. Es más permanente y más racional que la multitud, y el individuo se siente más consciente de si mismo y de sus propios intereses. Son frecuentes la discusión y la controversia, las que ayudan a formar lo que se denomina opinión pública, que es el conjunto de los puntos de vista que las personas mantienen con respecto a un asunto. Los públicos son mas bien pasivos, algunas veces, para actuar en defensa de sus interese, adquieren una organización y se transforman en grupos de presión.

Cuando surge en la sociedad un tema o un problema suficientemente importante que puede afectar a un gran numero de personas, como puede ser la elección de las autoridades nacionales o departamentales, o una decisión que debe tomarse por un referéndum, comienza a producirse un debate según el cual la gente va tomando partido y formando su opinión.

Cuando un problema esta siendo debatido, las partes interesadas suelen recurrir a la propaganda para convencer a la gente de las ventajas de apoyar determinado punto de vista, para lo cual, en nuestras sociedades, son usados los medios de comunicación de masas. Debe distinguirse a la propaganda, que suele mostrarse a si misma como el único punto de vista valido sobre el problema, de la publicidad, que se presenta como tal y admite su propósito de venta de un producto, sea un jabón, un candidato o una gaseosa. La técnica de la propaganda se basa en la repetición de mensajes breves, en la simplificación del problema y en la demonizacion o ridiculización del adversario.