LOS ORÍGENES DE LA FILOSOFÍA

6. Parte 6

El primero es Tales de Mileto (624-548 a. de C.), quien identificó la materia primordial con el agua (de la cual se forman muchas otras sustancias, tanto aeriformes como sólidas, sin la cual no existe la vida, y que parece ser la más abundante en la naturaleza, que circunda y quizás sostiene las tierras emergidas, etc.). Esta respuesta puede resultar un tanto sorprendente; pero, lo que distingue la explicación de Tales de una respuesta mitológica es que él llegó a ellas a partir de ciertas observaciones y por un proceso de razonamiento. Tales observó que el agua es fundamental para todos los seres vivos, que la reproducción tiene lugar siempre en un medio acuoso, que el agua puede pasar de estado líquido al sólido y al gaseoso, etc. Estas razones hoy no nos resultan convincentes, pero, en el tiempo en que fueron dadas, deben valorarse como un intento de pensar racionalmente y por cuenta propia.

Se dice que predijo un eclipse solar. Aprendió la manera de medir la altura de una pirámide a partir de la longitud de su sombra y el ángulo del Sol sobre el horizonte, método utilizado hoy en día para determinar la altura de las montañas de la Luna. Fue el primero que demostró teoremas geométricos como los que Euclides codificó tres siglos después. (…)

Tales intentó comprender el mundo sin invocar la intervención de los dioses. Creía, como los babilonios, que el mundo había sido antes agua. Los babilonios para explicar la tierra firme añadían que el dios Marduk puso una estera sobre la superficie de las aguas y amontonó tierra encima de ella. Tales tenía una idea semejante, pero como señala Benjamín Farrington, dejó fuera a Marduk. Sí, todo había sido antes agua, pero la Tierra se formó a partir de los océanos por un proceso natural, semejante, pensaba, a la sedimentación que había observado en el delta del Nilo. Pensaba que el agua era un principio común subyacente a toda la materia, como podríamos hablar hoy de los electrones, los protones, los neutrones o los quarks. Lo importante no es que la conclusión de Tales fuera correcta o no, sino el método utilizado: El mundo no fue hecho por los dioses, sino por la labor de fuerzas materiales en interacción dentro de la naturaleza. Tales trajo de Babilonia y de Egipto las semillas de las nuevas ciencias de la astronomía y la geometría, ciencias que brotarían y crecerían en el suelo fértil de Jonia.

Se sabe muy poco sobre la vida personal de Tales, pero Aristóteles cuenta en su Política una anécdota reveladora: Se le reprochaba [a Tales] su pobreza, la cual demostraba que al parecer la filosofía no sirve de nada. Según la historia, su capacidad [para interpretar los cielos] le permitió saber en pleno invierno que en el año siguiente habría una gran cosecha de aceitunas; como disponía de algo de dinero, depositó unas sumas reservándose el uso de todas las prensas de aceite de Quíos y de Mileto, que alquiló a bajo precio porque nadie pujó contra él. Cuando llegó la época de la cosecha y había mucha necesidad de utilizarlas todas, las alquiló al precio que quiso y reunió mucho dinero. De este modo demostró al mundo que los filósofos pueden hacerse ricos fácilmente si lo desean, pero que su ambición es de otro tipo.

Fue famoso también por su sabiduría política; animó con éxito a los milesios a que opusieran resistencia a la asimilación por el reino de Creso, rey de Lidia, y propuso sin éxito una federación de todos los estados insulares de Jonia para que se opusieran a los lidios. (…)