LAZARILLO DE TORMES

5. Vida de Lázaro con el ciego: episodio 2, el jarro de vino


 

  
 

2) El ciego era muy mezquino, no le daba casi nada de comer al pobre de Lázaro, y éste vivía con hambre todo el tiempo. El ciego tomaba vino en un jarro, pero no le daba a Lázaro, que “moría por él” (hipérbole), por eso, Lázaro, usando todo lo que el ciego le había enseñado lo uso en contra del ciego para poder robarle vino. Utiliza varios métodos distintos porque el ciego siempre lo descubre, demostrándole que todavía es más astuto e inteligente que él. Primero daba unos “besos callados”, es decir, que tomaba unos sorbos en silencios para que el ciego no lo sintiera. Pero el ciego se daba cuenta de que el jarro se vaciaba demasiado rápido, y decide tener el jarro siempre en la mano mientras tiene vino. Lázaro inventa un nuevo método haciendo un paja de centeno para sorber el vino sin necesidad de tenerlo en la mano. El ciego se da cuenta una vez más, y coloca la mano en la tapa de jarro mientra éste tiene vino. Lázaro debe inventar un nuevo método porque le gustaba mucho el vino, además de sacarle el frío y el hambre: le hace un agujero en la base del jarro y la tapa con cera; luego, fingiendo tener frío, le pedía el ciego para sentarse entre sus piernas y con una vela encendida en sus manos, derretía la cera y abría la boca para que el vino le empezara a caer gota a gota. El ciego otra vez se da cuenta, pero no dice nada, y espera el momento justo para vengarse por el robo del vino. Mientras Lázaro disfrutaba del vino cayéndole en la boca, el ciego le parte el jarro en la cara, de manera que sintió que “el cielo, con todo lo que hay en él, me había caído encima” (hipérbole que muestra el terrible golpe que recibió). Fue tan fuerte el golpe que se le lastimó toda la cara y se partieron algunos dientes. Luego el ciego le cura las heridas con vino. Lázaro recuerda al jarro como “dulce y amargo” (antítesis) porque le daba el vino que le gustaba tanto, pero a la vez fue el que le dio el terrible golpe en la cara.