LAZARILLO DE TORMES

6. Vida de Lázaro con el ciego: episodio 3, las uvas

 

 


3) El episodio de las uvas es el único en el que no hay violencia física: el ciego pedía limosna –de eso viviá- y un día le dan un racimo de uvas muy maduro como para guardarlo, había que comerlo en el momento. Entonces decide, por primera vez, compartirlo a medias con Lázaro. Éste acepta el trato que el ciego le propone: comer una uva por vez cada uno para asegurarse que los dos coman la misma cantidad. El ciego comienza comiendo de a una las uvas, pero luego cambia, sin decir nada, y come de a dos. Lázaro piensa, si él come de a dos, rompiendo el acuerdo, yo también voy a comer de a dos, y luego de a tres. Cuando terminan el racimo el ciego, mostrando una vez más su inteligencia, le dice a Lázaro que comió de a tres uvas, éste lo niega, pero el ciego le dice que sí fue así porque si no se hubiera quejado cuando el ciego comenzó a comer de a dos. El ciego puso a prueba a Lázaro para ver si lo engañaba, y al descubrirlo le muestra que sigue siendo más astuto e inteligente que él.