3. Parte 3

 

 

En segundo lugar, acostúmbrate a pensar que la muerte nada es para nosotros, puesto que el bien y el mal no existen más que en la sensación, y la muerte es la privación de la sensación. La muerte no es nada para nosotros, permite gozar de esta vida mortal evitándonos añadirle la idea de una duración eterna. Así pues, el más espantoso de todos los males, la muerte, no es nada para nosotros porque, mientras vivimos, no existe la muerte, y cuando la muerte existe, nosotros ya no somos.