Se clasifican las fuentes de energía según su origen (primarias o secundarias) o según el tiempo que les tome "generarse" (renovables o no renovables).
Las fuentes primarias son aquellas que se encuentran como tal en la naturaleza. Mientras que las fuentes secundarias se obtienen a partir de una fuente primaria u otra secundaria.
Las fuentes renovables son aquellas que se renuevan naturalmente en una escala de tiempo corto, y las fuentes no renovables son aquellas que tardan muchísimo tiempo en reponerse (en una escala de tiempo de miles o millones de años).
También podemos clasificarlas según su impacto ambiental (limpias o contaminantes) o según el tiempo que han sido empleados a lo largo de la historia (convencionales o alternativas). Se denominan convencionales aquellas fuentes que han sido utilizados tradicionalmente, y alternativas a las que son de uso más reciente o se encuentran en investigación.