Espacio Curricular Abierto (E.C.A) es un espacio flexible, creativo y dinámico, cuya base es la genuina participación de los estudiantes porque es un ámbito de y para ellos, que atiende sus intereses, necesidades y expectativas, con una dinámica colegiada y autónoma. Para darle trascendencia al espacio se intentará dotarlo, como el oficio No 37/11 lo sugiere, de mayor PARTICIPACIÓN para que se pueda realizar un proceso de construcción colectiva y dialógica, desarrollando la mayor participación de todos los actores de la comunidad educativa, coordinando así, las acciones surgidas de los intereses de los estudiantes dentro y fuera del liceo.
En el entendido de que es esta una oportunidad única, se promoverá el trabajo en red hacia y con la comunidad, para crear nuevos lazos entre la ciudad y el centro educativo con el afán de modificar la visión parcializada que se tiene sobre los adolescentes en general y sobre los docentes de la enseñanza pública quienes también están considerados negativamente desde la ciudadanía en general. Una de las posibilidades de trabajo con los alumnos puede ser las investigaciones acción participativa a partir de temas que puedan surgir desde la discusión, reflexión y debate de temáticas relacionadas a cualquier área de interés. En una primera instancia, se opta por dar algunos direccionamientos sobre aspectos que podrían aportar a la discusión, implementando, en este espacio, signado por la ausencia de programa determinado y de temáticas posibles un ahondamiento hacia la reflexión. Esto no va en desmedro de la planificación docente, por el contrario, el hecho de que sea un espacio abierto requiere de ser una docente también abierta, considerando permanentemente la posibilidad de trabajar en equipo, con la capacidad de una escucha seria y comprometida a los deseos de los estudiantes, con una mirada integradora y una planificación participativa y estratégica de los pasos a seguir cada vez que se presente la posibilidad de intervenir sobre un aspecto de la realidad que los estudiantes deseen transformar.
Relevar las problemáticas, hacerlas visibles y factibles de cambio desde una mirada crítica y esperanzadora será entonces el objetivo primordial. Promoviendo, entonces, dos niveles de participación; por un lado el estudiante con el docente dentro del aula y por otro a nivel de toda la institución, en relación a la comunidad.
Podríamos concluir que estos espacios curriculares abiertos son entendidos como un lugar de privilegio en el que debe estar presente la voz de los estudiantes por lo tanto su implementación está pensada en función de ellos y no en proyectos cerrados, un espacio sin temáticas predeterminadas en el que se priorice la discusión, el debate de ideas, la reflexión sin direccionamientos, en el que como docente sea un facilitador, un articulador, un mediador.