LA PREHISTORIA
Sitio: | Aulas | Uruguay Educa |
Curso: | HISTORIA |
Libro: | LA PREHISTORIA |
Imprimido por: | Invitado |
Día: | sábado, 23 de noviembre de 2024, 11:56 |
7. El Paleolítico
De las culturas del Paleolítico hemos encontrado solamente los utensilios que hacían, algunos de los lugares donde vivían y las tumbas en las que enterraban a sus muertos. No tenemos descripciones escritas de este largo período. Los restos encontrados nos permiten elaborar un relato incompleto sobre la forma en que estos hombres vivieron y las cosas en que creyeron. Pero la posibilidad de completarlo se ha perdido para siempre.
Los grupos humanos del paleolítico dependían de lo que la naturaleza les podía brindar. Recolectaban frutos silvestres, caracoles, hongos, huevos. Si encontraban un animal ya muerto, comían su carne tal como lo hacen algunos animales. Más adelante, aprendieron a cazar, al comienzo seguramente animales pequeños –como conejos- y hacia el final del Paleolítico grandes animales –como bisontes, mamuts, renos, osos-. En la última etapa del Paleolítico y de acuerdo a los restos encontrados –arpones, anzuelos- aprendieron a pescar. Estos hombres debían desplazarse buscando su comida, no vivían siempre en el mismo lugar. Eran, por lo tanto, nómades.
Los utensilios y armas empleadas eran de sílex. El sílex es una piedra dura de la que, si se golpea fuertemente, se obtienen filos muy cortantes. Estas primeras “hachas de piedra” servirían para golpear, raspar, cortar.
A lo largo del Paleolítico las técnicas fueron mejorando y las armas y herramientas se volvieron cada vez más específicas, como las puntas de flecha, los perforadores, los anzuelos y los arpones. Seguramente también fabricaban utensilios de madera o de hueso, aunque muchos de ellos no fueron encontrados.
En los tiempos de las glaciaciones, los grupos humanos se refugiaban en la entrada de las cavernas y se protegían del frío y la humedad con cueros de animales y ramas. Hace unos 900.000 años ya construían unas tiendas de cueros o ramas que abandonaban cuando perseguían los animales de caza.
A partir de los restos encontrados y de la comparación con pueblos cazadores actuales, se deduce que vivían en grupo. Suponemos que no eran grupos muy numerosos, unos veinte individuos capaces de organizarse para cazar juntos o para defenderse. La obtención del alimento no era fácil y seguramente todos los miembros del grupo colaboraban.
Se piensa que hace unos 700.000 años, los hombres del Paleolítico empezaron a utilizar fuegos ya encendidos y luego aprendieron a provocarlo. Con la utilización del fuego su vida cotidiana y su alimentación deben haber variado sustancialmente.
8. El Neolítico
Hace unos 10.000 años, la vida de los hombres y las mujeres tuvo cambios sustanciales. En muchas zonas donde vivían los cazadores, el clima se hizo más templado, los glaciares retrocedieron, muchos animales que ellos cazaban emigraron hacia territorios más fríos, o se extinguieron. Los grupos humanos debieron dedicarse más a la recolección, buscando granos o frutos, o recurriendo a la pesca, y, de ese modo, dieron inicio a un proceso de cambios en la forma de conseguir alimentos. Llamamos a este cambio Revolución Neolítica. Pasaron de ser exclusivamente recolectores y cazadores a transformarse en productores de sus alimentos.
Los más antiguos restos encontrados nos hablan del origen de la revolución neolítica en el Cercano Oriente. Los hombres de esta época, primero recolectaron cereales silvestres –como el trigo y la cebada- hace unos 10.000 años, luego de largas observaciones seleccionaron las semillas y descubrieron cómo cultivarlos. Aprendieron así a “domesticar” esas plantas. Posteriormente, los pueblos de América descubrieron el cultivo del maíz (4.800 años); en Asia, el del arroz (4.300 años); y en África el del sorgo (3.000 años). Las nuevas técnicas se fueron desplazando de los territorios originales a regiones vecinas.
También en un lento proceso, en la misma época, aprendieron a criar animales, inicialmente salvajes –como el perro, la oveja, la cabra, el cerdo y el vacuno- y a controlar su reproducción, para mantener una reserva de carne.
Fue un proceso muy lento y un cambio muy profundo para el desarrollo de las sociedades humanas.
Las primeras formas de cultivo desgastan la tierra y exigen el traslado periódico de la población. Si las tierras son suficientemente fértiles, y la producción de alimentos es eficaz para mantener a todo el grupo, los agricultores pueden volverse semi-sedentarios. Esto significa que pueden establecerse en aldeas.
Con el aumento de la producción de alimentos, la población crece. Los grupos humanos ya tienen cien o doscientas personas. Las actividades que desarrollan los hombres y mujeres se van haciendo más complejas que en el Paleolítico.