Recursos para el aula de Ciencias
Leer para aprender ciencias: ampliación
12. Justificación
Cuando se pide a los estudiantes que justifiquen determinado fenómeno o hecho, se desea que lo interpreten y que lo vinculen con la teoría.
Generalmente, los estudiantes para elaborar la justificación deben explicar las regularidades o discrepancias que han observado al hacer un experimento, aplicar ciertos conocimientos a la interpretación de los hechos, o deben razonar una determinada hipótesis, modelo o teoría.
Por ejemplo, se pregunta: "¿Por qué la temperatura del agua no varía mientras hierve?", "Explica por qué el aire caliente es menos denso que el frío", "justifica las similitudes y las diferencias entre dos bosques" o "Si un coral es un animal" o "¿Por qué creemos en la existencia de los genes?". Los verbos que concretan estas demandas también son muy variados. Por ejemplo, además de justificar, se pide explicar, razonar, interpretar, demostrar, extraer conclusiones, probar, valorar o, simplemente, se inicia la demanda con un ¿por qué?
Es importante que los estudiantes aprendan a justificar en los contextos de construcción de nuevos conocimientos (en la clase), ya que así se aprende ciencia, y para poder hacerlo es necesario observar un fenómeno y hablar sobre él.
Se describe en el cuadro que sigue una actividad que fue planteada para ayudar a los estudiantes a construir textos justificativos de calidad. Para ello, los estudiantes habían observado mohos en el pan y analizaron las condiciones en que se desarrollan, y las relacionaron con las funciones que caracterizan a los seres vivos. Al final, la clase elaboró en conjunto un conjunto de aspectos a escribir para justificar si algo es un ser vivo. Usando actividades de este tipo los estudiantes logran textos de elevada calidad ya que saben sobre lo que tienen que escribir y tienen criterios para reconocer si el texto responde a la pregunta que se planteó.
A continuación se plantea la siguiente orientación:
En la ciencia escolar las razones que se utilizan en la justificación surgen de observaciones experimentales y de conocimientos propios de los estudiantes (no se acostumbra tomar como válidos argumentos tales como "según Einstein...", que sí serían válidos en un artículo científico). Por ejemplo, a la pregunta "¿Por qué se funde un trozo de hielo al calentarse? un estudiante responde "Porque aumenta su temperatura hasta llegar a la de fusión" (razones basadas en hechos) y otro "Porque al calentar el hielo las partículas se mueven cada vez más rápido hasta que se rompen las uniones entre ellas y se desordenan" (razones basadas en el modelo cinético-molecular).
Reconocer qué nivel de explicación es el que se pide es una de las dificultades que encuentran los estudiantes. En el cuadro que sigue se muestra una actividad que fue diseñada para enseñar a los alumnos a reconocer que para realizar una buena justificación es necesario "traducir" y relacionar los hechos observados con el conocimiento teórico aprendido. Para que los estudiantes cambien su nivel de explicación se les puede pedir que se refieran al porqué del porqué, para que sean conscientes de los tipos de argumentos que son capaces de hacer.
Las relaciones entre los argumentos en una justificación acostumbran a ser de naturaleza causal y se pueden utilizar diversos conectores: “porque", "debido a”, "ya que"... También pueden establecerse comparaciones y utilizar expresiones como: "por el contrario", “si no fuera porque", "antes de", "después de"... Este tipo de conectores no se utilizan al escribir un texto descriptivo o en una definición.