APRENDIZAJE BASADO EN PROBLEMAS

4. El lugar de la docencia en el ABP

El docente que propone una metodología basada en el aprendizaje centrado en problemas, se convierte en un mediador que guía el proceso del proyecto, motivando a los estudiantes para que se comprometan con la propuesta. Para ello, el problema a resolver debe ser significativo y estar bien delineado. Al momento de la transferencia de conocimientos, la interrelación entre los saberes disciplinares y la cotidianidad del alumnado deben hacerse explícitos para dar sentido pedagógico al ABP. Generar espacios de debate y argumentación por parte de la docencia, permite que el alumnado establezca nuevos conocimientos y relaciones entre conceptos, habilitando a que desarrollen y potencien nuevas estructuras mentales.

La docencia que trabaja a través del ABP, toma en cuenta las concepciones o conocimientos previos del estudiante sobre el mundo que los rodea, sus percepciones sobre determinados hechos sociales, aquello que le preocupa o lo interpela. Habilita a que en la búsqueda de información, el estudiante seleccione, analice, confronte mediante una literatura pertinente a la temática, donde podrá reelaborar la misma y transformar los aprendizajes. Al socializar los conocimientos entre los integrantes del equipo de trabajo, cada estudiante pondrá en juego su proceso personal de enseñanza-aprendizaje y las nuevas destrezas o competencias adquiridas. Como refieren Ferrari et al., para que el aprendizaje sea significativo, es necesaria la pulsión o el interés de los estudiantes ante el conocimiento y para ello la motivación por parte del docente es fundamental. Entienden que “la motivación es un fenómeno complejo que está condicionado por innumerables factores. La motivación (...) puede facilitar el aprendizaje, la relación causal entre motivación y aprendizaje es recíproca. Los motivos para aprender deben ser suficientes para superar la inercia de no aprender.” (Ferrari et al., 2007, p.311)