2. Lógica: su orígen

La lógica clásica surge con Aristóteles (S IV a.c.) y los estoicos. Se considera como la ciencia de las ideas y de los procesos de la mente y es instrumento de todas las ciencias. 

Se ha desarrollado considerablemente hasta mediados del siglo XIX. Su desarrollo tuvo que ver con la matematización de la lógica; o sea la subordinación de la lógica como ciencia al método de la matemática. Así incorpora la exactitud y el rigor del método matemático. En éste sentido es necesario crear un lenguaje simbólico y reglas para operar. El lenguaje simbólico es importante para facilitar el cálculo, lograr más seguridad y exactitud en la construcción de argumentos y más precisión en la formulación de reglas. La lógica que va de Aristóteles a Kant (SXVIII) es la lógica tradicional o clásica. La lógica actual se llama lógica simbólica o matemática. Ésta última es producto del desarrollo que ha tenido la lógica tradicional a lo largo del tiempo.

La lógica moderna o simbólica surge en el siglo XIX y en sus orígenes es obra de matemáticos que advirtieron la estrecha relación entre las dos disciplinas formales: la lógica y la matemática. Esta lógica usa signos similares a los matemáticos para simbolizar esquemas, conjunciones, negaciones, etc.

El fundador de la lógica simbólica fue Leibniz (S XVII) que pensó que se podía crear un lenguaje simbólico perfecto. La continuaron Boole (1854) y Frege (1879). Lo más importante de la lógica simbólica es sus múltiples símbolos especiales que le permiten liberarse del lenguaje natural y hacen que se acerque al lenguaje matemático. Ésta es una gran diferencia con la lógica clásica de Aristóteles que aún seguía muy “prendida” del lenguaje natural, o sea el que usamos en la vida cotidiana. Un ejemplo de lógica simbólica es la lógica proposicional. En el SXX la lógica simbólica se aplica a la lingüística y a la informática, particularmente en el desarrollo de la inteligencia artificial.