2. Ciudadanía activa

La ciudadanía se puede ejercer de diferentes maneras, la mirada más tradicional o clásica, refiere a un vínculo jurídico-político con el Estado donde se toman decisiones políticas, se eligen gobernantes, por ejemplo. Pero, la ciudadanía abarca otras dimensiones sociales, políticas y culturales, que tienen que ver con el espacio público, el barrial, el educativo, el laboral, por ejemplo. Refiere, a ejercer una ciudadanía activa participativa, responsable y comprometida con la comunidad o los contextos sociales de los cuales el individuo forma parte y se identifica. Participar a través de una ciudadanía activa, implica reflexionar, debatir y proponer actividades, proyectos o normativa jurídica sobre determinada temática que favorezca al entorno social de las personas o a la sociedad en general. 

Benedicto y Morán (2002) señalan que, "desde los años 50, las ciencias sociales han encontrado en la ciudadanía uno de sus conceptos centrales a la hora de tratar de entender los principios que rigen el funcionamiento de la vida social de las democracias occidentales. Esta centralidad encuentra su razón de ser en que la idea de ciudadanía resume y condensa muchas de las discusiones mantenidas en la teoría social y política acerca de los vínculos que mantienen los individuos con el Estado (,,,),” (p.5) Ambos autores destacan que desde fines del siglo XX, se comenzó a debatir o a proponer otras formas de entender y ejercer la ciudadanía, más allá de la mera participación en la vida política-jurídica en un Estado determinado. Es entonces, que el concepto o término de ciudadanía activa cobra mayor relevancia en las democracias actuales, como así también en el ámbito de políticas públicas y se busca promover la misma en las generaciones más jóvenes, para dar una nueva mirada a la participación cívica. 

Cabe señalar, que el ordenamiento jurídico interno e internacional, refieren a un nuevo concepto de ciudadanía, que amplía o enriquece la mirada más clásica sobre la misma Así, la Declaración y Programa de Acción de Viena de 1933 de la ONU, en su preámbulo refiere a la ciudadanía activa y la entiende como un derecho que debe ser asumido y ejercido en los diferentes espacios públicos de la vida cotidiana de las personas. En el ámbito jurídico interno, la Constitución de la República Oriental del Uruguay, hace referencia de manera explícita e implícita a la participación ciudadana, en los siguientes artículos: 29, 39, 57, 77, 78, 79, 82, 270, 303, 304, 305 y 331. Las siguientes leyes, también establecen los distintos espacios de participación ciudadana: Artículo 229 de la  Ley 17930, del 19 de diciembre de 2005. Artículo 12.1 de la Ley 16137, de 28 de setiembre de 1990, Artículo 21 de la Ley 18270, de 19 de abril de 2009 y la Ley 18437, de 12 de diciembre de 2008, Ley General de Educación, a través de diferentes artículos promueve instancias de participación ciudadana en los diferentes subsistemas del sistema educativo uruguayo. Las normativas que anteceden, son algunos ejemplos que abordan la participación ciudadana, de los cuales se desprenden los distintos niveles de participación y los contextos en los cuales se puede ejercer, entre otros.