TEORÍA DEL CONOCIMIENTO

4. ¿Cómo conocemos?

Existe un sujeto, un objeto y la relación de conocimiento.

Sujeto y objeto no pueden separarse: el sujeto existe si existe el objeto y viceversa (relación de correlación).

La relación de conocimiento no es reversible: ser sujeto no es lo mismo que ser objeto. La función del sujeto es la de aprehender el objeto y la de éste ser aprehendido por el sujeto.

El objeto finalmente termina intacto, sin modificación mientras que ocurre lo contrario con el sujeto. Éste logró tener una nueva consciencia del objeto a través del contenido (propiedades del

objeto), o sea, la imagen del objeto aprehendido.

Se logra el conocimiento cuando el sujeto queda determinado (o sea queda con la imagen del objeto) por el objeto (que es el determinante). Así decimos, que el sujeto aprehendió el objeto.

El conocimiento se alcanza cuando el sujeto aprehende las características esenciales de un objeto. Las características esenciales son las que lo hacen ser lo que “es”, aquellas que lo definen, los

rasgos del objeto. Por lo tanto la imagen aprehendida resulta objetiva.

Cuando existe congruencia o adecuación entre el objeto y la representación interna correspondiente, decimos que estamos en posesión de una verdad.

Los objetos pueden ser reales (o sea los materiales) o ideales (los irreales o sea los pensados, por ejemplo los números y las figuras geométricas).

El sujeto y el objeto no se agotan en su ser, sino que tienen además un ser en sí. Éste consiste para el objeto, en lo que aún hay de desconocido en él. En el sujeto reside en lo que sea además de sujeto cognoscente.