POSTURAS FRENTE AL CONOCIMIENTO

1. Escepticismo

ESCEPTICISMO

Opuesto al dogmatismo. El sujeto no puede aprehender al objeto. No podemos establecer ningún juicio, debemos abstenernos. Su fundador fue Pirrón de Elis (360 a 270 a.c). Es una postura filosófica que se desarrolló en Grecia entre los siglos IV y II a.c. La palabra “escéptico” suele ser utilizada en la actualidad para nombrar aquel que no cree en nada o es pesimista. Su significado etimológico no es “el que no cree”, sino más bien el que investiga, el que duda. Es el que no se deja llevar por lo que dicen los demás.

Es el que no acepta como verdad algo que no haya pasado por su propia investigación, por su propia crítica. El escéptico se acerca al buen científico en tanto que es capaz de investigar lo que otros aseguran como verdadero y ejerce la crítica hacia las propias producciones. Los escépticos antiguos pensaban que no se puede alcanzar el conocimiento objetivo. Sólo podemos saber cómo es la realidad para nosotros pero no podemos nunca saber cómo es la realidad en sí misma.

Solo conocemos lo que sentimos. Nuestras sensaciones no nos autoriza a afirmar que la realidad es así como la percibimos. Ejemplo: la miel.

La actitud que asumen ante la realidad es la de no emitir ningún juicio. Dirá “siento frío”, pero no dirá “el día está frío”. Al no creer en verdades objetivas ya no se preocupa por hallarlas. 

Tampoco sentirá la necesidad de defender ante los demás sus propias opiniones.

El resultado de esta actitud es la “paz del alma”.

El escéptico no entra en conflicto consigo mismo ni con los semejantes.

El conocimiento está influido por el sujeto y por circunstancias exteriores (medio, cultura).

Los escépticos sostienen que dos juicios contradictorios son ambos verdaderos, lo que significa una negación a las leyes del pensamiento, en especial al principio de no contradicción.