EL PROBLEMA FILOSÓFICO: EL TIEMPO

1. San Agustín de Hipona

 

 

San Agustín de Hipona (354-430 d.C.) perteneció al periodo del cristianismo denominado Patrística donde se elaboran el conjunto de dogmas y doctrinas eclesiásticas cristianas, convirtiéndose en una de las personalidades más destacadas del pensamiento medieval. Nació en Tagaste (actual Argelia), de padre pagano y madre cristiana, santa Mónica. Fue educado en Tagaste y Madaura y estudió retórica en Cartago; leyendo a Cicerón se inició en la filosofía y se cuenta que uno de los diálogos de este filósofo, el Hortensius (hoy perdido) le llevaría más tarde a convertirse al cristianismo. Leyó algunos autores neoplatónicos y probablemente las Enéadas de Plotino, que constituyeron sus nuevas raíces filosóficas y que, junto con la conversión al cristianismo (recibió el bautizo de manos de san Ambrosio de Milán, en el 386, a los 31 años de edad) marcan los dos focos en que se centra todo su pensamiento posterior (neoplatonismo y cristianismo), ocupado en la búsqueda de la conciliación entre fe y razón. En este sentido, gran parte de los postulados presentados por Agustín evidencian una impronta fuertemente platónica (fundamentalmente a través del neoplatonismo de Plotino).