Los cometas son cuerpos de hielo y polvo, que al aproximarse al Sol forman una larga cola de millones de kilómetros de extensión. Al acercarse al Sol aumenta la temperatura del núcleo del cometa. El material helado se sublima y se transforma en gas. El polvo que se desprende del cometa refleja la luz solar y la cola brilla.

Probablemente los cometas son los cuerpos más primitivos del Sistema Solar y por lo tanto pueden conservar restos de los procesos químicos y físicos de sus inicios hace 4.500 millones de años.

Se mueven en órbitas elípticas, parabólicas o hiperbólicas de acuerdo a las leyes de Kepler. La mayoría tiene órbita con forma de elipse y se les llama cometas periódicos.

Los cometas de corto período proceden del Cinturón de Kuiper y en cuestión de pocos años completan una traslación alrededor del Sol. Por ejemplo el cometa Halley es el más conocido y pasó cerca del Sol y la Tierra por última vez en abril de 1986, siendo su período de traslación equivalente a aproximadamente 76 años. Se aprecia en la siguiente imagen de Wikimedia Commons:

Cometa Halley

En cambio los cometas de largo período proceden de la nube de Oort, que se encuentra a miles de Unidades Astronómicas del Sol (unos 0,8 años luz), siendo estos cuerpos congelados desviados de sus órbitas debido al paso de una estrella cercana a esta nube. Como el afelio de estas órbitas se encuentra tan alejado del Sol, por eso estos cometas demoran cientos o miles de años en completar una traslación completa.

Los cometas de órbita parabólica o hiperbólica pasan una sola vez por el perihelio, para luego alejarse del Sistema Solar. Por ejemplo el cometa Mc Naught adquirió un espectacular brillo en enero de 2007 y se pudo observar en Uruguay desde el 14 de enero hasta fines de mes. Fue el cometa más brillante en 40 años y ya no volverá a pasar cerca del Sol debido a la órbita parabólica que describe. La siguiente imagen de Wikimedia Commons lo muestra en todo su esplendor:

Cometa McNaught

Última modificación: domingo, 25 de octubre de 2015, 20:29